Esta obra fue realizada en 1931 por Anselmo Miguel Nieto, discípulo de Alejo Vera y José Moreno Carbonero en la Escuela de Bellas Artes. Su especialidad dentro de la pintura se centró en el retrato. Toda la élite intelectual de la época pasó por sus pinceles. Anselmo Miguel Nieto viajó con Julio y su hermano Enrique Romero de Torres a América para realizar unos encargos de Chile y Argentina, estancia que duró dos años. Coincidiendo con la guerra civil española volvió a América donde permaneció otros diez años. La gran amistad que Anselmo Miguel Nieto mantuvo a lo largo de su vida con Julio Romero de Torres, fue la causa de que a su muerte, hiciera este retrato al pastel, como homenaje póstumo, dedicado al que fue su gran amigo. Retrato de medio cuerpo, en el que aparece Julio Romero de Torres de frente, con gesto pensativo, concentrado, sin mirar directamente al espectador. Tiene una boca de finos labios y un cuidado bigote. Su cabello moreno está peinado con raya al lado y frente despejada. Viste una camisa blanca de manga larga. Entre sus manos sostiene una paleta y unos pinceles, preparado para pintar sobre un lienzo que descansa sobre un caballete.
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Museo Julio Romero de Torres. Plaza Potro 1, 14002 Córdoba
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